martes, 27 de enero de 2015

La Ley de Ajuste Cubano: si la quitaran…si no la quitaran…

Según las partes cubanas, la derogación de la Ley de Ajuste significaría el bien general para sus propios ciudadanos, que podrían emigrar más organizadamente, de manera legal, y visitarían a familiares en USA de manera más fácil, al poder obtener un mayor número de visas de turismo, sin que la SINA tuviera el miedo de que se queden ilegalmente en el país.

Pero, ¿quitar la Ley sería una solución al hecho de que muchos cubanos sigan queriendo dejar el país? El economista, politólogo e investigador cubano Esteban Morales, considera que sí, rotundamente. "Sería una solución, porque los cubanos se van con peligro, porque la Ley es un estimulo criminal a ello. Si se quita y se amplían las categorías de visas (por ejemplo, de Trabajo), sería mejor. Lo cierto es que mientras haya un estímulo a emigrar ilegalmente, las relaciones migratorias entre ambos países no serían normales".

Otros no piensan lo mismo. OnCuba contactó con algunos cubanos dentro del país, y otros que residen en USA actualmente. Como en muchos de los aspectos referentes al proceso de negociación, las opiniones sobre la pertinencia de que la Ley de Ajuste continúe vigente, también están divididas.

Alexis Contreras (48 años), dependiente de un restaurant en Miami, opina que la derogación de la Ley no significaría, en ningún caso, una mejoría para los cubanos que viven en la Isla:

"Quitarla solo perjudica a los cubanos. La gente no se va de un país por una ley de otro país, sino porque viven mal en el suyo. No veo una relación entre la mejoría de las relaciones bilaterales y la situación de los cubanos. El problema allí (en Cuba) es que el sistema no funciona y la gente no tiene libertad para crear, trabajar, producir. La gente no está motivada".

Luis Solís Valdés (49 años), enfermero residente en Miami, opina que "No es fácil quitar la Ley de Ajuste, pues ha ayudado a los cubanos a salir de Cuba y ayudar a sus familias. No sé qué sería de los cubanos de allá si la gente aquí que se benefició de la Ley no los ayudara. No creo que su término ayude a una emigración más legal, eso puede hacerse sin quitarla".

Otro de los que accedió a dar su juicio fue Alain Hernández (43 años), asesor de ventas en USA: "(con el inicio de las conversaciones bilaterales) No esperaba que se quitara, pues alrededor de eso se mueve mucho dinero. En mi caso particular, no me preocupa el futuro de la Ley, pues ya toda mi familia cercana esta aquí. No creo que quitarla traiga beneficio para los cubanos de Cuba, todo lo contrario, más bien los perjudica pues es una de las formas que tienen para vivir aquí".

Pareciera que la solución a la emigración no depende exclusivamente de eliminar una ley, sino que pasa por la construcción de un país en el cual sus habitantes puedan ver florecer sus proyectos individuales y colectivos, aparejados a un lógico bienestar material.

"Conseguir esa meta es un verdadero reto para todos los gobiernos del mundo. Cuba ha encontrado trabas para ello por medio siglo, el restablecimiento de las relaciones podría cambiar esto, o bien podría demostrar nuestra propia incapacidad para generar ese modelo al que se aspira", observó un periodista de 26 años de un medio oficial cubano.

Y agrega: "Cuba cuenta con todas las potencialidades para conseguir un futuro próspero, no creo que a los cubanos les importe mucho bajo qué sistema social, siempre y cuando algunas prerrogativas sociales se mantengan o se beneficien".

Si la Ley se queda, ¿habrá ruido en las negociaciones?

Esteban Morales ha estado particularmente al tanto de las conversaciones bilaterales. Morales opina que la permanencia de la Ley podría afectar el curso de las negociaciones.

"La Ley va a afectar,  y tengo la esperanza de que para conseguir los objetivos fundamentales -que consisten en restablecer las relaciones diplomáticas- finalmente cedan a quitar la Ley y la política (Pies Secos/Pies Mojados), o al menos ponerla en perspectiva de eliminación con cierta rapidez", comenta Morales, quien además considera que "nosotros somos los que debemos apretarlos (a las partes estadounidenses), aprovechando las circunstancias de que eso afectaría los principales objetivos de la negociación".

Morales insiste en que, aun en el contexto en que será discutido el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, ellos insisten en mantenerse en su posición, "lo cual ya está afectando el objetivo principal de las conversaciones. Lo que harán depende de cómo Cuba insista en que, con esa Ley y política, no puede haber relaciones diplomáticas normales".

Según Morales, "habría que profundizar un poco más en por qué ellos (USA) insisten en mantenerla (la Ley)".

Otro profesional de los medios cubanos recuerda que el tema migratorio es una de las prioridades de la agenda política estadounidense y lo seguirá siendo durante un buen tiempo. En su opinión, en medio de las transformaciones es improbable que la Ley de Ajuste quede intacta. Una normalización de las relaciones con Cuba -advierte- puede empujar a una mayoría bipartidista a eliminarla.

"Es importante recordar que esa legislación es un instrumento de los tiempos de la Guerra Fría, que terminó hace más de un cuarto de siglo. Siendo honesto, confieso que (la Ley) tiene una ventaja: que los habitantes de un país tercermundista sean recibidos en masa en la nación más rica de la Tierra, porque eso representa remesas y un mejor futuro para esas personas y sus familiares. Pero el coste humano de ese privilegio es inmenso".

No son nuevas las cifras de los más recientes flujos migratorios ilegales desde Cuba hacia las costas de la Florida. Entre el primero y el 16 de diciembre pasados, 132 balseros cubanos fueron interceptados, avistados en el mar o arribaron a las playas del sur de la Florida. Luego del 17D, y hasta el primero de enero de 2015, ese número sobrepasó los 420. La Guardia Costera ha repatriado a Cuba cifras altísimas de inmigrantes, que han llegado a representar más de 100 repatriados en un día.

La cifra de balseros cubanos llegados a USA aumentó en un 75% entre 2013 y 2014, hasta 3 mil 722 personas, según la Guardia Costera, lo cual es considerado el número más alto de balseros llegados desde 2008. De los cubanos desaparecidos en el mar, que no llegan a tocar tierra estadounidense ni son regresados a la lsla, no se tienen datos, naturalmente.

Respecto a esto, otro de los entrevistados comenta: "Cuando sobre una ley pesan tantas muertes como es el caso, mi voto es único: debería desaparecer. Y esta Ley deberá desaparecer como parte natural del proceso de acercamiento, lo cual sería tomado por Cuba como un gesto de buena voluntad y un paso de proporciones amplias para este proceso".

Luego, se refiere a un punto crucial: "Las conversaciones pueden ser favorables, pero ninguno de las dos delegaciones puede aspirar a salir plenamente satisfechas en todos los puntos de su agenda. Creo, eso sí, que en tanto prime el respeto entre ambos países, reconociendo las actuales diferencias de posiciones, estas conversaciones pueden ser un primer paso. Un excelente primer paso para un gran futuro".

Exactamente esa fue una de las preguntas que incluimos a las personas contactadas para desarrollar este trabajo, ante un escenario tan complejo e imprevisible: ¿Qué futuro ve en Cuba si la normalización de las relaciones -aunque con las diferencias de ambas partes- llegaran a feliz término? ¿Tiene fe en un futuro favorable para los cubanos?

David Curbelo, profesor universitario del ISPJAE, contesta: "Por supuesto que tengo fe en el futuro de Cuba. El hecho de que muchos cubanos quieran dejar el país no tiene nada que ver con las leyes americanas. A mi modo de ver, es una situación generada por problemas económicos, más que políticos. Creo que la normalización de las relaciones diplomáticas, junto al cambio necesario de mentalidad y al paso de generación, serán factores decisivos en el futuro del país".

Esteban Morales contesta: "Yo tengo fe en el futuro favorable para los cubanos; las proposiciones de
Obama no son una panacea, pero debemos aceptar sus retos. Las relaciones internacionales son un campo de batalla interminable y Cuba tiene que estar dispuesta, como lo ha estado siempre, a batallar por sus intereses. Las oportunidades no deben perderse y esta es una oportunidad. Aunque sea también un desafío. El tiempo pasa, y yo siempre confío en que el futuro puede ser mejor. Aunque no sea más fácil".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agregue un comentario